El mercado y la economía actual está orillando al camaronero a ser más competitivo en su producción. Si bien, las buenas prácticas que se han ido desarrollando en nuestro medio han hecho de la producción camaronera ecuatoriana un referente mundial,la tecnología bien empleada será la mejor aliada para que el acuicultor ecuatoriano afronte cómodamente la cambiante demanda del producto. Pero para llegar a ello se debe asumir el reto del cambio de mentalidad respecto a la inversión y el costo beneficio que implica la tecnificación de las granjas acuícolas.
Se debe considerar que solo un pequeño porcentaje de granjas acuícolas se encuentran tecnificadas en el Ecuador, debido a factores que se mencionan a detalle en este artículo.
LIMITACIÓN EN EL CAMBIO DE LA MATRIZ ENERGÉTICA
A nivel nacional existen aproximadamente 220000 hectáreas de camarón, de las cuales, estima la CNA, apenas un 5 % emplea energía eléctrica. Esto se traduce en una limitación para las granjas acuícolas que buscan la tecnificación para mejorar su producción. El cambio de motores diésel a eléctricos no solo beneficia al sector camaronero, sino al estado, ya que implicaría un ahorro anual de 300 millones por subsidios de este combustible. Muchas de las granjas para ser eficientes y estar a la vanguardia han tenido que invertir en proyectos de electrificación, a pesar que el gobierno se habría comprometido en gestionar los recursos para llevar estos a cabo.
TECNOLOGÍA: UNA SOLUCIÓN DE ALTO COSTO
La inversión inicial en una granja acuícola es muy alta y se espera recuperar lo antes posible, por ello muchas veces se deja para después la tecnificación, en sí la tecnología focalizada para el sector camaronero, en su mayoría, es desarrollada fuera del país, por ello al ser importada, los costos son elevados y poco asequibles para el mediano y pequeño productor,haciéndolo menos competitivo y rezagado de la innovación.
SERVICIO LIMITADO DE EMPRESAS TECNOLÓGICAS NACIONALES
Muchas de las empresas nacionales que ofrecen servicios tecnológicos, que en su mayoría, son distribuidoras, no siempre brindan un seguimiento y asesoría al cliente respecto a sus productos, haciendo que el cliente decline en próximas inversiones tecnológicas o no saque el provecho suficiente a los productos que maneja en su granja acuícola.
MIEDO AL CAMBIO
Como se ha mencionado anteriormente la inversión para establecer una granja acuícola es alta, y el capital de trabajo por corrida ha incrementado, por ello, el camaronero ha buscado estrategias para producir más, gastando menos, pero esto no siempre resulta en una buena cosecha, debido a que la supervivencia del camarón se ve condicionada por esta disminución de gastos. Resultando que cada año las ganancias sean menores, inclusive llegando a pérdidas. El cambio de estrategia, de la mano de la tecnología, no resulta siempre claro para el productor, al temer que caerá en más gastos, se olvida del costo beneficio a largo e inclusive a corto plazo.
Siendo la actividad económica no petrolera que más ingresos genera al país, se debe considerar fomentar una cultura tecnológica que no solo incremente la eficiencia en la producción, sino que se convierta en un modelo referente para otras actividades productivas. Si bien como se ha mostrado existen factores que aleja al camaronero de la innovación, tanto éste como empresas nacionales deben buscar estrategias que lo acerquen y acojan la tecnología como el camino a seguir.